
A las 10 de la mañana del 9 de diciembre de 1824, el ejército realista rompió fuegos. Sucre y sus soldados entraron en acción. Al comienzo, el encuentro favoreció a los españoles, pero al grito del general José María Córdova: “¡División! ¡Adelante! ¡Armas a discreción! ¡Paso de vencedores!”, los patriotas iniciaron la ofensiva arrojándose contra el enemigo. El ejército realista comenzó a desorganizarse y a sufrir serios reveses. A la una de la tarde, el triunfo coronó a los patriotas. Las tropas del Rey habían sufrido su más grande derrota. Se dice que la capitulación entre Sucre y el general español José Canterac se concretó en pleno campo de batalla, ya que el virrey La Serna estaba herido y prisionero.La batalla concluyó con la victoria de los patriotas y demandó el retiro definitivo de los realistas españoles. Por la tarde, en el mismo campo de batalla, se firmó la Capitulación de Ayacucho, documento que puso fin a trescientos años de vínculos políticos y dominación española.
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