CINCO DÍAS Y UN RETO: ser lo más ecoeficiente posible. Una semana en la que el objetivo es usar la menor cantidad de plástico, reciclar al máximo, ahorrar agua y energía. Incorporar nuevas conductas ecológicas y todo con pequeños gestos en las rutinas diarias. Veamos el resultado.
LUNES: De camino al trabajo, tres nuevos elementos en el bolso: una taza, una cuchara y una bolsa de tela plegable. ¿Para qué? Para suprimir los vasitos de plástico del café y sus correspondientes cucharillas. La bolsa ecológica se quedará en el bolso con carácter permanente, el objetivo en estos cinco días será intentar suprimir al máximo las bolsas del plástico. Veremos si es posible. También estreno nueva ruta al trabajo. Voy en metro. En una ciudad como Madrid, la inversión para la semana es de nueve euros en un bono de 10 viajes. Eficiente. El resultado es que tardo en llegar a la oficina unos 15 minutos más que en mi vehículo. Asumible y ecológico.
MARTES. Por la tarde apago la pantalla del ordenador y cuando salgo de la oficina les recuerdo a mis compañeros que apaguen su equipo. “¿Y eso?” preguntan. “Un salvapantallas en una noche gasta lo mismo que imprimir 800 páginas y eso es muy poco ecológico”, explico. Quedan convencidos, me marcho. En casa también he instalado una regleta a la que he enchufado la televisión, el vídeo y el equipo de música. He leído que todos los aparatos en ‘stand–by’ consumen energía. De hecho, un televisor encendido tres horas consume 240 vatios y durante las horas de espera 315 vatios. Llevo dos días acordándome de apagar el interruptor de la regleta cuando salgo. Todo un éxito.
MIÉRCOLES. Descubro que tiro las botellas de agua vacías a la papelera. Las recojo y las llevo al contenedor de reciclaje de plástico de la oficina. La verdad es que repaso los cubos con cuidado porque, sí, tengo que reconocer que, aunque existe mucha información sobre reciclado, no sé si le he prestado la suficiente atención. Un ciudadano medio español genera aproximadamente 600 kilos de residuos al año, de los cuales 100 son de plásticos. Sólo con este dato el reciclaje merece la pena. Me propongo en este día tener especial cuidado y fijarme en depositar cada elemento por separado en su cubo de reciclaje: residuos orgánicos, papel/cartón y plástico y envases. La verdad, ha sido todo un ejercicio de atención
JUEVES. Hoy será el día en que imprima lo menos posible. Salvo una presentación (que imprimo a doble cara) lo consigo. No ha sido fácil. Es como tirar las botellas de plástico a la papelera, un gesto automático. Pero hoy freno y me lo pienso. Hay más avances, en esta semana he usado la bolsa de tela en dos ocasiones = dos bolsas de plástico menos.
VIERNES. Quién lo hubiera dicho, ese aparato de apariencia inocente, lleno de imanes como fiel testigo de mis viajes, es el número uno de los electrodomésticos en gasto de energía. Es viernes y le presto especial atención a mi hogar y qué grado de ecoeficiencia registra. Para que el frigorífico funcione de manera eco–óptima es mejor que esté lleno de alimentos y que el congelador no tenga hielo acumulado (ya tengo actividad para el fin de semana). ¿Qué hay de las bombillas? Todo en orden, son todas de bajo consumo que ahorran un 80% de energía y duran 10 veces más. En cuanto a la lavadora, uso –en lo posible– el programa más corto, agua fría y con la máxima carga. Mi asignatura pendiente: revisar hasta qué punto puedo prescindir de esos pequeños electrodomésticos y pasar del cepillo de dientes eléctrico al normal, del aspirador a la escoba, del exprimidor de zumos al manual, de la campana extractora de cocina a la ventilación con aire natural. Lo decidiré la próxima semana, aunque creo que la decisión ya está tomada. En esta semana de persona ecoeficiente, he tenido ese sentimiento agradable, ese que experimentas al hacer las cosas bien. Satisfacción.
Cristina Manrique, Comunicación Digital BBVA
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jueves, 17 de marzo de 2011
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